El programa televisivo Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) mostró en marzo pasado la situación de dos geriátricos de General Ramírez, Departamento Diamante, propiedad de la doctora Emilia Mabel Garcilazo, uno de los cuales fue clausurado en septiembre de 2024 por graves irregularidades como falta de higiene, mala alimentación, falencias edilicias y pésimas condiciones de los adultos mayores residentes en el lugar.
Las repercusiones no tardaron en llegar y fueron innumerables los mensajes que llegaron a Cuestión de Fondo con graves acusaciones contra Garcilazo mientras era directora del Hospital “San Vicente” de San Jaime de la Frontera y también en su rol de médica policial.
Una de esas denuncias llegó incluso a sede judicial, ya que el doctor José María Vidoni en 2010, siendo director de dicho nosocomio descubrió una maniobra por la cual le falsificaban la firma para expedir certificados de discapacidad truchos. Si bien en el momento, la denuncia policial, y luego judicial, no determinó presuntos responsables, la investigación fiscal llegó a sospechar de Emilia Mabel Garcilazo.
El propio Vidoni le contó la situación a Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral).
En una segunda parte de entrevista, el médico nos cuenta otras graves irregularidades y denuncias que involucran a Garcilazo.
Irregularidades en la Policía
Sostiene Vidoni que Garcilazo también tiene problemas por su rol de médica policial y menciona una serie de acciones, como mínimo irregulares, que estaría ejecutando como realizar revisiones a detenidos por video de WhatsApp o expedir certificados de licencia al personal policial por la misma vía.
El propio jefe de Policía de la provincia, Claudio González, confirmó a Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) que no existen denuncias ni quejas al respecto, aunque tras el informe por las irregularidades en los geriátricos de General Ramírez se le inició una investigación administrativa interna.
Garcilazo es Oficial Principal de la Sección Sanidad de Federación, y está destinada como médica policial en San Jaime de la Frontera y Los Conquistadores. La modalidad de trabajo es de guardia pasiva, es decir que interviene cuando ocurren hechos como accidentes, fallecidos o chequeo de detenidos. Un fin de semana por medio el trabajo es activo, debe estar en el lugar de trabajo.
Si bien no hay denuncias concretas, ante los comentarios reiterados de estas irregularidades que denuncia Vidoni, hoy las autoridades dispusieron fijar turnos y horarios que Garcilazo debe cumplir, y el control lo efectúa el jefe de comisaría.
Garcilazo es médica de policía desde 2017 y era directora del Hospital San Vicente de San Jaume de la Frontera desde 2012, cargos que son incompatibles.
Ante ello, se informó desde la fuerza policial que Garcilazo presentó un expediente por el que solicitó por vía de excepción ejercer su profesión de médica en la Policía y continuar en el Hospital “San Vicente” de San Jaime de la Frontera, que actualmente se encuentra en el Departamento Dictámenes y Asesoría Legal - Dirección General de Recursos Humanos – Secretaría de Trabajo – Ministerio de Gobierno y Trabajo.
Asimismo, se indicó que “se le estaría instruyendo un sumario en el Hospital “San Vicente”, por inasistencia laboral”.
Irregularidades en el hospital
El 5 de marzo de 2012, Emilia Mabel Garcilazo asumió la Dirección del Hospital “San Vicente” de San Jaime de la Frontera, cargo que desempeñó hasta el 22 de abril de 2024.En ese mismo mes, las nuevas autoridades iniciaron diversos expedientes ante el Ministerio de Salud y la Dirección General de Hospitales. En uno de ellos, se solicitó una auditoría al entonces ministro de Salud, Guillermo Grieve, debido a graves irregularidades detectadas en el nosocomio como mal manejo de fondos, uso de fondos del hospital para compras personales tanto de la directora como de sus dos hermanas que eran empleadas del hospital.
Entre esas irregularidades, se descubrió que la administradora del hospital, era Edith Melina Garcilazo, una de las hermanas de la directora, y que la jefa de Personal era la otra hermana, Hemilse Maricel Garcilazo. Ambas solicitaron su traslado al Hospital de Chajarí, cosa que se concretó el mismo día en que asumió la nueva Dirección en San Jaime, dejando esos cargos vacantes y creando un verdadero problema para el hospital que se quedó con esas áreas descubiertas.
Además, ambas hermanas tenían a sus maridos trabajando en el hospital. El marido de Edith Melina, que también es policía, Carlos José Monzón, facturaba mediante monotributo por trabajos de albañilería.
En las fotos se puede observar el trabajo deficiente de colocación de caños de agua, por el cual Monzón cobró más de 600.000 pesos.
666.500 pesos es lo que cobró Monzón, marido de la administradora del hospital, por el cambio de caños de agua. Si vemos el trabajo, no parece hecho por un profesional, con caños desparejos, y como están al sol, por encima de la pared, el agua sale caliente en verano.
También se detectaron infinidad de tickets de supermercados y kioscos con compras de artículos personales y combustible para sus autos particulares, que pagaba el hospital a través de la administradora.
El marido de Hemilse Maricel, la otra hermana de la directora, que era la jefa de Personal, es Juan Pablo Escobar, quien trabaja en el Ejército. También facturaba mediante monotributo por hacer de chofer del hospital. También la propia Hemilse facturaba al hospital como monotributista, por realizar trabajos de administración como carga de certificados médicos oficiales y de certificados de Covid-19. También facturó por mantenimiento de PC y por realizar “mandados varios”, según se observa en las facturas a las que accedió Cuestión de Fondo y que obran en los expedientes que posee el Ministerio de Salud.
Otra irregularidad reiterada es el mal manejo de los libros contables, la falta de registro de los gastos y compras efectuados, gastos particulares con dinero del hospital.
Por ejemplo, en el acto de asunción, la administradora del hospital Melina Edith Garcilazo, le entregó a la nueva directora un paquete con facturas y pagos realizados el día anterior y deudas correspondientes al año 2024. Es decir, documentación que debía estar en el hospital y que esta señora tenía en su poder fuera del nosocomio.
Entre esas facturas, apareció la compra de dos neumáticos el 26 de marzo de 2024, que no pertenecen por el número de rodado a la institución, con su correspondiente alineación y balanceo. Lo mismo sucedió con una factura por la compra de un calefón que no se encuentra en la institución. Ante ello, se inició un inventario de lo recibido.
Esta situación aparece en este expediente que vemos a continuación, que se presentó ante el Director General de Hospitales, Ricardo García, donde se detalla la situación de las ambulancias. De las 4 que tiene la institución, sólo una funciona y todas necesitan cambio de neumáticos.
En ese mismo se expediente se informa otra irregularidad con los módulos a profesionales que no se desempeñaban en el hospital desde hacía muchos años. Figuraban como personal del hospital, pero no percibían haberes. También en este documento aparece un pedido urgente de auditoría elevado ante el entonces ministro de Salud, Guillermo Grieve.
Se informa además que Hemilse Garcilazo, jefa de personal, estando de licencia, entregó planillas, pero no contraseñas de cargas de suplencias y guardias, por lo cual accedió a la plataforma y anuló el contrato de la Psicóloga, la cual el 20 de abril no pudo cobrar. Tampoco entregó el sello del hospital y manifestó que lo tenía en su domicilio., por lo cual la directora del nosocomio decidió cambiar el modelo.
- Jamás se pagaron viáticos a choferes ni a profesionales. El 1 de febrero de 2025, se pagaron viáticos correspondientes al periodo mayo-diciembre de 2024.
- El 1 de agosto de 2024 se entregaron en mesa de entrada 115 expedientes archivados sin contestar. Hoy ya son 136, que se entregaron luego de encontrarlos entre la maraña de documentación desordenada.
En otro expediente fechado el 14 de octubre de 2024 se informa a Grieve la falta de registros contables. Se reitera solicitud de auditoría por compra de neumáticos en marzo de 2024 que no están en el hospital y no corresponden al rodado de las ambulancias, además de módulos de prestaciones a médicos que no ejercían en el hospital.
También se le informa de otra irregularidad: el pago mensual a la contadora María Sol Morra y a la abogada Candela Novelli con módulos profesionales o guardia médicas, que según la Ley 9892, son destinados a profesionales de la salud.
Se denuncia también que se encontró personal obrero, de maestranza y de enfermería con certificados médicos mayor al año, sin junta médica ni trámite previsional iniciado, cobrando haberes al 100%.
En una nota del 31 de diciembre de 2024 enviada al entonces ministro Grieve se detallan los logros del año 2024. Entre ellos, aparece la eliminación de descartadores.
Tras la asunción de las nuevas autoridades, se encontró en una pieza, tipo baño sin uso, la acumulación de 380 descartadores llenos de objetos corto punzante, agujas y ampollas, lo que representaba un foco de infección por estar años acumulados. El Ministerio de Salud debió pagar un refuerzo presupuestario de más de un millón de pesos para poder a una empresa especializada para su retiró. El total del material pesó 255 kilos.
A su vez, los matafuegos estaban vencidos desde 2020, hay dos para todo el hospital; se procedió a la reapertura laboratorio de análisis clínicos cerrado hacía seis meses; la reapertura de la sala de radiología, cerrada desde hacía un año. A la radióloga le pagaban dos guardias al mes, pero el equipo de rayos no funcionaba. En realidad, el equipo no estaba roto, sino que durante la gestión de Garcilazo no se le compraban películas ni líquido y faltaba el chasis.
Se reparó el desfribrilador y otros equipamientos que estaban en desuso por falta de reparación.
En octubre de 2023 se presentó Zoe Morh de la Dirección de Hospitales a pedido por nota del personal de enfermería, en queja por las guardias pasivas que se hacían en el hospital, y que ante una urgencia llamaron 12 veces a la Directora MABEL GARCILAZO y no atendió, denunciaron que la administración vivía cerrada. Al consultar a las dos hermanas Garcilazo respondieron que hacían tele trabajo
Los choferes del hospital denunciaron que una de las ambulancias se utilizaba como utiliario, para hacer mandados, y que iba al campo a llevar alimento para los animales y a la escuela a buscar al hijo de la jefa de personal los días de lluvia. Además, Mabel Garcilazo se hacía llevar y traer en ambulancia a Federal los días que iba a cumplir guardias en esa ciudad.
Vale mencionar también que la doctora Mabel Garcilazo fue candidata a intendenta de San Jaime de la Frontera por el peronismo en todos los procesos electorales de los últimos años. En 2015, hizo campaña junto al entonces candidato a gobernador Gustavo Bordet.
También mala praxis
En diciembre de 2015, la mamá de un niño de 12 años de San Jaime de la Frontera denunció ante las autoridades de Salud que su hijo fue diagnosticado por un esguince de tobillo cuando en realidad lo había picado una víbora. La responsable de este grave hecho fue la directora del hospital “San Vicente”, Emilia Mabel Garcilazo.
En una carta a los medios y a las autoridades, la mujer relató: “En la madrugada, eran apenas pasadas las 00 horas, mi hijo Emanuel Galeano de 12 años fue llevado por un amigo a la Guardia del citado nosocomio, ya que una hora antes había sentido el pinchazo en su tobillo izquierdo que se le hinchó y le dolía terriblemente. En la guardia se encontraba el enfermero Gustavo Díaz y Susana Villalba quienes lo recibieron y llamaron a la médica de guardia Dra. Emilia Mabel Garcilazo quien también es directora del hospital”.
“A la media hora llegué yo al hospital y al hablar con ella me dice que iba a dejarlo internado hasta el otro día para hacerle una placa porque según ella tenía un esguince de tobillo. El enfermero le había advertido que sospechaba la mordedura de una víbora, cosa que ella desestimó a pesar de que la hinchazón se había agrandado por encima del tobillo y aumentó el dolor diciendo que los pinchazos que observaba en la pierna eran muy separados para ser de una víbora. Dejo en claro que esos pinchazos sangraban continuamente al igual que raspones de espinas que estaban cerca de la lesión”.
“Le colocaron un sachet de suero y remedios que están en la historia clínica y se retiró a su casa. Poco después mi hijo comenzó a sangrar por unas caries dentales y en las picaduras de mosquitos que tenía en su cuerpo aparecieron moretones, además de aumentar la hinchazón y el dolor, por lo que le pedí a los enfermeros que llamen a la doctora y que si podía trasladarlo a otro hospital. La consultaron y por teléfono, sin venir a ver a mi hijo, a las 3:30 hizo la derivación a la Clínica de Chajarí, donde fue revisado y derivado inmediatamente, ya que según el Dr. Daniel Benítez no correspondía el diagnóstico emitido por la Dra. Garcilazo sino que confirmaba que se trataba de una mordedura de serpiente venenosa, perdiendo según todos los médicos tratantes de Concordia y Paraná mucho tiempo de vital importancia”.
“Desde Chajarí, sin una derivación correcta partió a las 5:30 aproximadamente, fuimos al Hospital Masvernat de Concordia, donde se interna en UTI con diagnóstico de mordedura de ofidio y le colocan suero antiofídico. Desde allí nos derivan a las 11:00 horas al Hospital San Roque de Paraná donde aún permanece internado con riesgo para su vida o con secuelas a determinar por lo sufrido, destacando la excelente atención aquí recibida”.
“Motiva esta carta, el que usted arbitre los medios para investigar los sucesos ocurridos, ya que por la actitud minimizadora de la Dra. mi hijo casi muere. Y seguramente si esperábamos a la mañana como ella indicó, esto hubiera ocurrido. Además de no haber concurrido, al observar la evolución de la enfermedad que para ella era una torcedura de tobillo que nunca ocurrió, tuvimos que ir desde el hospital con Emanuel arriba de la ambulancia hasta su casa a buscar la derivación por mi insistencia. Esta derivación fue entregada en el Hospital Masvernat”.
“Quiero dejar en claro que los enfermeros del Hospital San Vicente tuvieron muy buena atención y dejaron asentado en su cuaderno de notificaciones que pensaban que se trataba de una mordedura de víbora y que había suero antiofídico disponible en el nosocomio, siendo responsabilidad únicamente de la Dra. Garcilazo la demora en el tratamiento que hubiera minimizado los riesgos a la salud de Emanuel”.