Hacen falta inversiones en distribución, generación y transporte. Avanzan importaciones de Brasil y Turquía.
Los apagones que sufrieron los usuarios de Edesur tienen causas que todavía se investigan, pero dejaron el recordatorio de que el sistema eléctrico de Argentina tiene una fragilidad estructural.
Para revertirla, hacen falta inversiones millonarias en distribución, transporte y generación de energía, que se vienen demorando en los últimos meses.
En distribución, Edenor y Edesur destinarán unos 2.150 millones de dólares en los próximos 5 años; US$ 1.275 millones serán de la distribuidora de José Luis Manzano, Daniel Vila y Mauricio Filiberti, mientras que otros US$ 875 millones de la empresa que maneja Enel, del Estado de Italia.
Esos planes comenzarán cuando se normalicen los contratos de concesión, lo que está previsto que ocurra desde el 1 de abril. La fórmula es: suba de tarifas a cambio de inversiones y un sendero de mejora en la calidad del servicio, con menor frecuencia de cortes de luz.
Pero donde la debilidad es menos notoria y la inversión no está tan claro que vaya a suceder es en el segmento de transmisión eléctrica. La llamada a licitación para “AMBA I”, por US$ 1.150 millones, estaba lista hacia fines del año pasado, pero todavía no se publicó.
Una vez realizados esos trabajos, que demorarán entre 3 y 4 años, el AMBA podrá “importar” 1.350 megavatios (MW) de los parques eólicos de la Patagonia y el sur de Buenos Aires y las centrales térmicas e hidroeléctricas del Litoral.
Pero hubo una interna en el Gobierno sobre el modo de financiamiento. Mientras el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo que integran el secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, y la secretaria de Energía,
Una interna política frena una obra de transmisión eléctrica.
María Tettamanti- buscaba que los usuarios prefinanciaran las tareas con el cobro en sus facturas, por entre 2 a 3 dólares mensuales, el asesor presidencial Santiago Caputo -que tiene en el vicepresidente Ejecutivo de Cammesa, Mario Cairella, a su hombre en el sectordefinió que las obras se pagarán en las tarifas pero luego de quedar en operación, por lo cual el contratista deberá buscar financiamiento.
Vale recordar que el Gobierno anterior anunció que contaba con un acuerdo comercial con China, pero nunca avanzó. El kirchnerismo responsabiliza al ex secretario Gustavo Beliz, que habría trabado todos los proyectos de China en el país a pedido de Estados Unidos.
Mientras tanto, en generación eléctrica el Gobierno suspendió en julio una licitación que ya estaba adjudicada, la “TerConf”, que iba a sumar 3.340 MW tras inversiones por US$ 3.000 millones.
La Secretaría de Energía quiere un nuevo marco normativo para que sean los privados los que comercien energía entre ellos. Por eso se viene demorando la puesta en marcha de licitaciones para ampliar el parque de generación que ayude a cubrir la demanda. Las obras no estarían listas en menos de 24 meses, por lo que los próximos dos veranos serán críticos.
Para atender esta situación se lanzó una licitación para el almacenamiento de energía en baterías de litio, que servirán para cubrir el pico de demanda -unas 4 horas- en el AMBA en 12 a 18 meses.
Cammesa avanza en un estudio de prefactibilidad para importar 1.000 MW en barcos de la firma turca Karpowership, e insiste en un contrato con Brasil en modalidad “firme”, no interrumpible como sucede hasta ahora, lo que deja al sistema a merced de la situación energética del país vecino. Una alternativa más cara pero más confiable.