Productores de carne de cerdo advierten que trabajan a pérdida debido a que el valor del capón retrocedió, mientras los costos de la actividad siguen en alza.
En un contexto inflacionario, en el que la mayoría de los precios de los productos vienen subiendo, la carne de cerdo registró una baja en la última semana. En carnicerías de Paraná afirman que ronda el 10%. “Está más bajo el precio que la semana pasada. En este momento la demanda es casi igual que la de carne vacuna, porque hay mucha variedad y está mucho más barata”, contó a UNO Luis, carnicero de la capital entrerriana, quien mencionó que en su local tienen una oferta de tres kilos, que incluye distintos cortes a 9.000 pesos. “Trae jamón, paleta, gordura, entre otros. Lo que no incluye es la costilla, que es más costosa y hoy se vende a 4.000 pesos el kilo. Lo gente lo aprovecha, lleva para frizar, porque el cerdo tiene mucha utilidad, se lo pone al horno, a la parrilla, se puede hacer un estofado. Generalmente hoy también se baja el cerdo chico, que no tiene tanta grasa”, afirmó.
Emanuel Satler, productor y propietario de una reconocida carnicería en Paraná, coincidió en que los cortes porcinos se venden con una baja en su valor: “El cerdo viene bajando un montón. Había subido mucho y se ve que ahora por un tema de que la demanda cayó, empezó a descender su precio en términos nominales”, dijo al respecto.
Sebastián Bouzada, presidente de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper) explicó a UNO que “en góndola los cortes de cerdo deben estar bajando al público porque el capón en pie, que estuvo a un máximo de 1.290 pesos aproximadamente el kilo, tuvo una baja bastante fuerte”, y añadió: “Hoy ronda como precio máximo los 1.100 pesos y está llegando hasta los 1.000 pesos el kilo, o sea, sigue bajando”.
A su vez, aseguró: “Diciembre suele ser el mejor mes del año siempre en ventas de carne de cerdo, pero en 2023 fue muy malo; sobre todo en las fiestas se vendió muy mal; creo que ese mes en 2023 cayó la venta en todos o la mayoría de los rubros. También enero fue un mes complicado. El mercado de la carne de porcina se divide en dos grandes canales: la venta del fresco y la de lo que va a chacinado; y la verdad que los dos canales se pararon”.
Entre las posibles causas de esta tendencia en la caída de la demanda, indicó: “Hay un tema de importaciones, que hay que ver cómo cierra. No hay datos todavía de febrero y eso se ve recién cuando termina el mes, pero podría estar también jugando en contra esa cuestión y esté perjudicando al sector”.
Asimismo, analizó: “El mercado del capón es bastante transparente, y obedece casi perfectamente a la ley de la oferta y la demanda. Lo que pasó es que hubo una suba muy fuerte durante la primera semana de enero que hizo el novillo, y en la siguiente se derrumbó el precio, pero el capón no bajó. Entonces ahí quedó un poco pataleando el precio del cerdo. El tema es que hoy el novillo volvió a subir de precio, más que en esas semanas de enero, y el cerdo está bajando. Tiene que haber una diferencia obvia en el precio de las dos carnes; nosotros no podemos competirle al asado, a la costilla de novillo. Tiene que ser más barata la costilla de cerdo, para que el consumidor tenga una opción que sea más económica, y hoy está pasando eso. El tema es que no vemos que haya una recuperación en el corto plazo del precio del capón en pie, y el problema es que hoy las granjas están perdiendo 100 pesos por kilo en la producción”.
Por otra parte, refirió que hubo fuertes subas en los costos de producción, y dijo sobre el tema: “Nosotros tenemos un 80% de nuestros costos que están en dólares. Y toda la devaluación que hubo nos pegó. Hoy el costo de producción ronda los 1.170 pesos por kilo, y estamos vendiendo a precios que van entre los 1.000 y los 1.100 pesos. O sea, hoy en promedio un productor está perdiendo 100 pesos por kilo. La situación es muy complicada. La verdad que estamos como en las primeras semanas de la pandemia con estos números adversos para la producción”.
En este marco, agregó: “Está complicada la cadena entera para el productor de cerdo, y para la industria. Ahora se ha puesto tan competitiva la carne de cerdo en precio, que esperamos que se empiece a ver un piso en los precios y empiece a traccionar un poco más la demanda”.
Producción regional
La producción de carne porcina en Entre Ríos se destina básicamente para el mercado interno. “Creo que no se está exportando nada porque nosotros en Entre Ríos ni siquiera tenemos una planta habilitada para eso. Había un frigorífico que estaba habilitado para exportar a África, pero hoy a nivel nacional la exportación es casi cero, o se está exportando muy poco y no tiene ningún tipo de peso la producción”, explicó Bouzada.
A su vez, comentó: “En stock, Entre Ríos está rondando las 30.000 madres. El año pasado a nivel nacional se creció un 7% más o menos en la producción y la provincia siempre acompaña esos crecimientos. Es probable que este año se terminen produciendo más kilos que el año pasado, porque hay toda una inercia en la producción de granjas que se han ampliado y han invertido para producir más kilos, así que seguramente Entre Ríos cierre este año con más producción en ese sentido. Lo que sí se está viendo es que hay productores más chicos, que por ahí son las que tienen más complicaciones para invertir en ciertas tecnologías o lo que sea para producir más kilos, apuntando a la eficiencia. Porque es clave ser eficiente acá y entonces es probable que ese productor termine dejando o abandonando la actividad, lo cual es muy negativo”.
Sobre este punto, señaló: “Hoy aguantar una granja financieramente es muy difícil, porque es una actividad muy intensiva y necesita un flujo de dinero para los costos que hay y se está perdiendo. No cualquier productor puede soportar esto mucho tiempo”.
Por último, concluyó: “Para poder producir, es importante que los gobiernos provinciales y nacionales apunten a una reestructuración de los costos de los productores y de las empresas, que es a dónde quieren mirar. Sobre todo en lo que respecta a los costos laborales e impositivos, porque si permiten las exportaciones a nosotros nos están poniendo a competir con productores de Brasil, y ellos tienen un país sin inflación, con financiación muchísimo más barata que la nuestra y con una matriz de costos totalmente distinta a la nuestra. Esto pasa en todos los rubros, a la industria, a alguna empresa agropecuaria, a un comerciante”.