Pensé en detenerme para retratar el momento, aunque no me decidí a hacerlo, y únicamente atiné a extender el brazo en señal de saludo hacia el otro lado del camino donde una mujer mayor agitaba un palo guiando a las vacas por la calle de tierra intransitable. Es que había llovido -en Federal Ciudad, 16 milímetros-, el viernes 7 (/7/2023), y el camino aún estaba más que "oreado" como me dijera minutos después la señora que también lucía un gorro (el dato de lluvia anterior corresponde al 21 de junio, siendo el acumulado en el sexto mes del año de solo 21.71 milímetros).
Volví por el mismo camino en donde había visto una casa embanderada por la fecha patria; por donde observé un par de cruces amarradas a los postes de las hiladas; y por donde estaban las niñas acompañando a la señora que hacía las veces de pastor de rebaño.
Cuando pasé por el lugar, nuevamente saludé a las tres mujeres sonrientes, y otra vez dudé en detenerme para despuntar la pasión de fotografiar. Recorrí unos 50 metros mirando una y otra vez para atrás, hasta que regresé al encuentro de las tres protagonistas de la foto -y de 'Pulgoso'-.
La excusa para fotografiar fue cuánto había llovido en la zona. Ana (Altamirano), comentó: "Dicen que por acá llovió 16, pero más allá, para el lado de Las Casuarinas, llovió unos 19, 20 milímetros" -motivo por el cual se suspendió el acto programado para el viernes 7 de julio para celebrar los 103 años de la Escuela Nº7 'Amado Nervo' a la cual concurren sus hijas-. La mamá de las mellizas de 7 años -Jennifer y Angeles (Aveldaño)-, agregó que andaban "pastoreando", habiendo llegado en moto desde el Consorcio 9, por la ruta que va hasta su intersección con la 28 hacia Feliciano.
La charla informal tuvo la introducción de la sorpresa en la exclamación de Ana: "Su voz es conocida...", a lo que le respondí, intuyendo a qué obedecía la afirmación, "soy el de 'El dedo en la llaga'" (FM 96.9 - Radio Retórica online www.retoricafederal.com.ar); a partir de lo dicho, ya hablamos como si fuéramos vecinos de alambrado de por medio. Ana, acotó, "lo hacía gordo y más joven..."; carcajada mediante, se explayó, "lo escucho cuando puedo, porque mi marido se va con la radio más grande y yo me quedo con una que no tiene alcance, y tengo que levantarle la antena, y..."; le transmití que me puede escuchar por internet a través del teléfono móvil, a lo que, entre risas, expresó, "es que si lo escucho así, me consume datos y batería".
En la despedida nos intercambiamos los números de celular, con el compromiso de que cuando llegara al pueblo le enviaba las fotos.
Cuando nos mensajeamos, Ana me recordó el nombre de, "nuestro compañero", Pulgoso.
REPORTAJE GRÁFICO
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