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Cecilia Goyeneche, la fiscal de Entre Ríos: “Mi destitución es un mensaje para que no se avance en las investigaciones por corrupción”











Es un mensaje para que no se investigue la corrupción

Así interpreta su destitución la fiscal anticorrupción que logró la condena del ex gobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri.

Justicia y política / La ahora ex funcionaria judicial no se arrepiente de nada. Descarta iniciar una carrera política y avisa que “estoy enfocada en esta pelea por mi restitución en el cargo”.

Lucía Salinas (Clarín)

Cecilia Goyeneche ingresó de muy joven al Poder Judicial. Hizo carrera hasta llegar a ser procuradora adjunta de Entre Ríos y la referente en la fiscalía anticorrupción. Sostiene que ganó cada cargo que ocupó. Esta semana un jury la expulsó de la justicia. Peleará por su restitución, y aún cree en el Ministerio Público Fiscal como su lugar de desarrollo profesional. Defiende sus decisiones, no teme al señalar que la política provincial estuvo detrás de su destitución y cree que, lejos de lo buscado, el fallo "no detendrá las investigaciones contra la corrupción".

A 72 horas de su destitución, ¿cuál es su lectura?

Entiendo que es la concreción de un proceso que yo ya había definido como un ataque a la independencia del Poder Judicial, en particular en casos de corrupción. No ha variado para nada ese criterio a la hora de ver los fundamentos de la sentencia. Es una sentencia basada en tergiversaciones, en mentiras. Le quieren hacer decir a las leyes lo que ellos quieren, pero concretaron una meta fijada el año pasado: destituirme.

¿El gobierno de Entre Ríos cumplió algún rol específico en el proceso?

No tengo dudas de que, sin un rol formal, el gobernador Bordet estuvo en la toma de decisiones. En una provincia como ésta, estas decisiones no se toman sin consultar al gobernador. El Tribunal Superior de Justicia designó un cargo vacante para mi jury y el cargo fue ocupado por una jueza designada por el gobernador. Me refiero a Gisela Schumacher, que es ahora vocal del TSJ. Tras bambalinas hubo varias decisiones en las que se involucró el poder político.

¿A qué se refiere con “una provincia como ésta”?

El poder del Ejecutivo Provincial se siente muy cerca en las provincias chicas. Todo resuena mucho, por eso digo que el gobernador no podía ser ajeno: activamente o supervisando, los funcionarios siempre intervienen. Nada pasa lejos del despacho del gobernador.

¿Incluye al condenado ex gobernador Sergio Urribarri en ese planteo?

Seguro ejerció presiones políticas por su caso en particular. Este jury empieza cuando yo estaba encabezando la acusación en su caso, por cartelización de la publicidad vial. La suspensión de mi cargo ocurre por un planteo de la ex abogada de Urribarri, porque el jury de enjuiciamiento tenía otra conformación en diciembre pasado. Tuvo una incidencia, no puedo desconocerlo, recibió una sentencia condenatoria y mi destitución es, en parte, respuesta a eso.

Los fundamentos de su destitución dicen que el jury no viene desalentar las investigaciones sobre corrupción. ¿Cree en este criterio?

Eso lo podemos discutir con cualquier otro fiscal. La Asociación Argentina de Fiscales me acompañó con todas las presentaciones realizadas en el caso, por un motivo claro. Cualquiera que vea este caso se dará cuenta de que está orientado a interferir en el accionar de la justicia, que es una revancha por una actuación ante casos de corrupción. El mensaje es que no vuelva a pasar, que no se avance en las investigaciones. Esta sentencia funciona como el mecanismo de las amenazas: nos dicen a los fiscales que incorporemos este mal futuro en la toma de decisiones cuando tenemos en nuestras manos una causa de corrupción; el mal futuro es perder un cargo, sentarte en un juicio.

¿Se comunicaron con usted otros fiscales preocupados por este precedente?

Varios de la justicia federal como de las justicias ordinarias de otras provincias me llamaron y manifestaron sentirse reflejados en mi caso. La preocupación es notoria. Colegas de Santa Fe me hablaron sobre casos de fiscales perseguidos bajo un mecanismo similar.

¿Qué representa este fallo para el Ministerio Público Fiscal? ¿Amedrenta a los fiscales?

Esta jugada en el fondo les va a salir mal. Habrá fiscales que puedan sentirse inseguros, pero esto generó una unidad a nivel federal de fiscales que va a compensar esos temores que algunos individualmente sienten. No van a evitar que se investigue la corrupción.

El gobernador Bordet firmó un planteo para reformar la Corte Suprema ¿cómo convive eso con lo que ocurrió en Entre Ríos?

A mí me parece que ese proyecto está orientado a quitarle poder a la Corte, a convertirla en un organismo ineficiente. No se entiende cómo una Corte con 16 integrantes mejoraría su funcionamiento, no se entiende por qué una Corte con representantes provinciales va a ser mejor. El objetivo no es mejorar el desempeño del organismo, sino cooptarlo o neutralizarlo. Volverlo paquidérmico, que cada movimiento implique un trajín imposible de conseguir resultados.

Volviendo a su caso, ¿cree que si se apartaba antes de la causa en la estaba acusado un conocido de su marido hubiera evitado este proceso?

Me iban a buscar lo que sea, porque el objetivo era destituirme. Yo no debía apartarme de ese caso, por eso continué frente a la investigación. Consideré que no debía correrme. El objetivo era destruir la causa (una estructura ilegal de contratos en la legislatura provincial), y sigue siendo una meta tratar de conseguir una nulidad en la causa contratos.

¿Se arrepiente de algo respecto a la causa que la llevó al jury?

Para nada. Si me hubiera corrido probablemente la causa no hubiera tenido el resultado que tuvo, un envío a juicio oral aunque está discutido ante la Corte. Nos corría el poder político tratando de esconder pruebas. Debíamos trabajar como lo hicimos, éramos muy pocos. No me arrepiento, estoy muy conforme con el trabajo realizado.

Fue expulsada del Poder Judicial, donde hizo toda su carrera. ¿Cómo repercute esto en lo profesional y en lo personal?

En lo personal tengo el dolor de que me sacan del espacio que construí. Siento que gané cada espacio que ocupé; siempre concursé, no tuve cuña de nadie. Fui fiscal con 29 años y fui avanzando dentro de la carrera judicial a través del sistema de concurso. La sensación es de ultraje, de que te roban algo.

Como proyección profesional, estoy enfocada en esta pelea por mi restitución en el cargo. La sentencia no está firme y recurriré a todas las instancias para seguir dando pelea. Sí sé que en los próximos meses me volcaré a mi otra pasión, que es la docencia universitaria. Por otro lado, tengo pensado trabajar en cuestiones sobre democracia y afianzamiento de instituciones republicanas con alguna ONG.

¿Piensa en la política como una opción?

No, no tiene nada que ver con mis intereses. No me atrae.

¿Ganó la política una pulseada con esta situación?

Ganaron un round. El problema es que este acto de manipulación no es la única acción que tomaron. Va de la mano de otras acciones que tomaron durante mi proceso de destitución. Dictaron jurisprudencia para sobreseer a Urribarri en un caso de sobornos. Ahora hay una propuesta de ley para reformar el Código Procesal que busca mermar las facultades de los fiscales para investigar con eficiencia. Quieren un acusatorio atenuado, no quieren que los fiscales entrevisten a eventuales testigos, buscan que cada vez sea más engorroso investigar al poder. También hay un proyecto de ley de fiscalía anticorrupción, algo que debe existir pero en esta iniciativa el gobernador designará a los peritos que trabajan con ese fiscal, una clara intromisión de un poder sobre otro.

FOTO NOTICIA - VIDA COTIDIANA

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