20/9/2020. A seis meses de la cuarentena, los expertos consideran que faltaron testeos.
Los jefes de Infectología de los hospitales Garrahan, Álvarez y Austral analizan la política sanitaria.
Hoy se cumple medio año del aislamiento obligatorio. Clarín consultó a tres jefes infectólogos, quienes opinaron que la cantidad de hisopados debió ser mayor, que hubo aperturas apresuradas y que se minimizó el problema al inicio. Les preocupa el sistema de salud.
Como la grieta facilista metió la cola y sesgó las opiniones del coronavirus, como los contagios están estancados en una meseta que ya parece un trauma nacional y como ya se cumplen seis meses de una cuarentena que no todos quieren ni pueden respetar, Clarín propuso hacer un balance de los aciertos y errores acumulados a tres infectólogos “independientes”. Es decir, prestigiosos médicos con ganas de esbozar un análisis por fuera de todo signo político.
Participaron dos reconocidas mujeres de la medicina: Wanda Cornistein, jefa del Control de Infecciones del Hospital Austral, y Rosa Bologna, jefa de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan. Además, Arnaldo Casiró, jefe de Infectología del Hospital Álvarez, quien desde mayo le viene repitiendo a esta cronista: “El tema es que acá no se testea”.
Más allá de los contagios (de 10.000 a 12.000 por día) y los fallecidos (unos 200 por jornada), tienen peso propio los más de 600.000 infectados y los casi 13.000 muertos por Covid-19 desde marzo, en medio del que sin dudas es el aislamiento obligatorio más largo del mundo, sin contar que además se acaba de volver a estirar.
Cómo olvidar ese jueves 19 de marzo: minutos antes de la cena, el Presidente Alberto Fernández lanzó la noticia, que entonces parecía ser el comienzo de una historia con final. “Recuerdo que cuando escuché que se decretaba esa estrategia - parecía demasiado precoz-, mi primer pensamiento fue: ‘El tema es cuándo va a terminar’”, dijo Wanda Cornistein.
Hoy el ánimo es otro. Basta escuchar los partes matutinos en los que la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, viene apelando a un eufemismo que resume bien la preocupación de las autoridades. Dice que
“hay tensión en el sistema de salud” para referirse a los crecientes porcentajes de ocupación de camas en unidades de terapia intensiva.
Contando los enfermos de SARSCoV2 y de otras patologías, a nivel país es 60%. En el AMBA, 67,3%. Pero (tomando cifras del jueves) en algunas provincias la cosa está apretada. En Río Negro es 87%. En Salta, 83%. Neuquén y Mendoza, 76%. Jujuy y Tucumán, 75%. Santa Fe, 70%. Vizzotti aclaró que el virus se movió de lugar, una suerte de enroque entre el AMBA y las provincias en el número de casos, de personas en terapia intensiva y en el porcentaje de positividad. Como las cifras se compensan, el amesetamiento sigue.
En los meses que Clarín lleva hablando con él, el jefe de Infectología del Álvarez, Arnaldo Casiró, cambió su visión sobre la gestión de la pandemia en la Ciudad. Primero era pobre y ahora, bastante más eficaz. Pero de la gestión nacional no piensa lo mismo: “¡No hay cuarentena! Al principio todos estábamos de acuerdo en que había que cerrar. Pero yo vivo en Provincia y si andás por Castelar un sábado parece 23 de diciembre. Capital está igual. Una cuarentena tan larga y sin testeos no se sostiene”.
Distinta es la visión de Rosa Bologna, jefa de Infectología del Garrahan. La médica se mostró preocupada por las “altas cifras de nuevos infectados”, pero evaluó que “los testeos se fueron incrementando en la medida de los posible, luego de que EE.UU. dejara de acaparar los reactivos”.
Casiró dice lo contrario: “Acá se eligió no invertir en la estrategia de diagnósticos masivos. Hubiera sido un gasto, sí, pero, ¿cuánto perdió el país en términos de pobreza y en estos meses sin producir, en comparación al gasto que se podría haber hecho en reactivos? Los países a los que mejor les fue, por caso Singapur, testearon masivamente”.
Para Bologna “hay diferentes experiencias... algunos países usaron una cantidad impresionante de tests, pero eso no los ayudó a controlar la pandemia... No es tan fácil decir si es negativo o positivo”. La médica apuntó a lo que podría llamarse “el error de junio”, ese momento de relativa flexibilización en algunas provincias, cuando se permitieron las reuniones sociales chicas: “Se hicieron aperturas en un momento en que no correspondía. Veíamos más y más casos y era central sostener el aislamiento”.
Casiró describió la faceta más errática de la cuarentena XXL: fue al principio. “Las autoridades minimizaron el problema al decir que acá no iba a llegar. Hoy ves gente que sigue creyendo que es una gripecita que no afecta a nadie. Un mensaje así fue muy fuerte. Cuando vimos lo que pasaba en España e Italia, hablé con gente del Ministerio y pregunté por qué no repatriaban a los argentinos y cerraban las fronteras a quienes venían de países con Covid. Me dijeron que no servía, que en otras epidemias se había demostrado que no servía. Ese fue el primer error”, reveló.
El segundo fue “no hacer campañas de concientización, educar para que la gente entienda por qué hay que usar el barbijo, no sólo con un enfoque médico sino con el asesoramiento de sociólogos y psicólogos”.
A cargo del área de Control de Infecciones del Austral, Wanda Cornistein coincidió en que hubiera convenido “enfatizar la estrategia de testear-rastrear-aislar. Pero hubo dificultades con los tests diagnósticos, por estar todo centralizado en el Malbrán, lo que generó un embudo saturado, con mucha demora para obtener los resultados de los hisopados”.
Así, “el tema es cuál era el objetivo de tu estrategia. Si era disminuir los contagios para preparar el sistema de salud, la cuarentena fue exitosa. Si era evitar los casos que tenemos ahora, fue un fracaso. La enfermedad tiene una dinámica que se vio en el mundo y Argentina no iba a estar exenta de ella. Quien haya pensado otra cosa, tuvo una visión infantil”.
Mirando las cifras actuales (algo más de 2% de mortalidad), los tres expertos coincidieron en rescatar el tiempo ganado para preparar al sistema de salud y aprender algo más del comportamiento del virus del SARS-Cov2. ¿Se podría haber hecho más? Según Cornistein, “en los países que les fue bien la estrategia tiene que seguir tres pasos: testear, rastrear los casos y aislar. La cuarentena sola no alcanza”.
La enfermedad tiene una dinámica que se vio en el mundo y el país no iba a estar exenta de ella. Pensar otra cosa es infantil”. Wanda Cornistein
Jefa Control Infec. Hospital Austral
Se hicieron aperturas en un momento en que no correspondía. Veíamos más casos y era central sostener el aislamiento”.
Rosa Bologna
Jefa Infec. Hospital Garrahan
Se eligió no invertir en diagnósticos masivos. Hubiera sido un gasto. ¿Pero cuánto se perdió en términos de pobreza?”.
Arnaldo Casiró
Jefe Infec. Hospital Álvarez