El poder político "manipula los órganos de la Administración Pública, para construir un feudo político, o familiar"
El abogado Gonzalo Andrés Gutiérrez, redactó una carta abierta, en cuyos párrafos se destacan consideraciones relacionadas al funcionamiento del Estado, en áreas de la Administración Pública, tales como el Registro de la Propiedad Inmueble de Federal, repartición en la que se demanda -por parte de un grupo de abogados y escribanos- se optimice el servicio de atención.
Los profesionales se han autoconvocado para abordar la problemática, lo cual generó la reacción -una vez más, aunque sólo para acallar circunstancialmente el reclamo- de funcionarios políticos que "dicen ocuparse".
Gonzalo Gutiérrez hace hincapié en que a modo de respuesta a las peticiones oportunamente expuestas, únicamente se ha nombrado personal en otras reparticiones del Estado, los que son parte del entorno de los "hijos y entenados" del poder político de turno.
Además, el abogado Gutiérrez observa que en los organismos del Estado no se emplea a personal idóneo, sino que por el contrario, quienes aumentan la planta de la Administración Pública son quienes tienen el padrinazgo político del "comisario del pueblo".
REPRODUCCIÓN TEXTUAL DE LA CARTA ABIERTA
"LA SACERDOTISA MENTIROSA Y LAS COTORRAS DEL TEMPLODías pasados, el portal de noticias de la cotorra sabatina daba cuenta de las "fructíferas gestiones" de la sacerdotisa, chamán vernáculo que todo lo soluciona, en orden a dotar del prometido personal al Registro de la Propiedad local, monumento a la desidia obstaculizadora del Estado.
Seguramente algún alcahuete de la chamán le botoneó del posible incendio, motivado en la juntada de quienes tenemos la "cincha en las verijas" con el tema, quienes lidiamos todos los días con el Estado parasitario, modelo que solo celebran quienes, como la cotorra, curran con dádivas de los escuálidos recursos públicos.
El hartazgo ha llevado a movilizar a quienes nos vemos impedidos de trabajar, y quienes ven frustrado el giro inmobiliario y económico de nuestra alicaída economía, pegándole al "chancho para que aparezca el dueño", si se tiene presente que se han agotado las vías "institucionales", a las que se las "pasan por los huevos".
Lo que no dijo la cotorra, como fiel y obsecuente lacayo, es que la sacerdotisa prometió allá por agosto de 2019, que en quince días estaba solucionado el nombramiento. Manga de embusteros. Verso para la gilada. Tampoco dijo la cotorra de que en el interín, solo se nombró en las reparticiones públicas a los hijos y entenados de la chamán, a quienes enseguida les encontró las virtudes para el cargo, sorteando con oportunismo presuroso las invocadas limitaciones presupuestarias, haciendo gala de una impudicia sin límites.
Pese a la promesa de "pronta solución", esperamos desesperanzados que el nombrado no sea un "idóneo", abogado o escribano joven, de los que en Federal hay varios, sino alguno que sin la más puta idea del trabajo, confirme la abyección de que sólo tiene chance el "hijo de", para seguir así en Federal con el oportunismo de los epígonos de las prerrogativas de sangre, consagrando siempre a un "bendecido" por la chamán, retribuyendo sus lealtades, o… la de sus padres.
No nos olvidemos que en tiempos de cuarentena y coronavirus, es donde los que usufructúan del Estado en beneficio propio, confirman aquel teorema de que, a mayor extensión e intensidad de la peste, tormentas y miedo, mayor posibilidad de abuso de poder.
En nuestra comarca montielera, donde impera un patético orden político, paternalista, mediocre e ineficiente, auspiciado por las servidumbres rentadas de algunos medios, algunas reparticiones públicas son inescrutables espacios feudales, propicios al "acomodo" de quienes no tienen idoneidad para el cargo.
Como federalense, me resisto a aceptar que el legislador se ocupe sólo de manipular los órganos de la administración, casi siempre para construir un feudo político, o familiar, en vez de "LEGISLAR", para lo que fue elegida, para cambiarnos la letanía de una realidad decadente. No se le cae una idea.
No hay caminos, no hay puentes, no hay salud. No hay obras de importancia. No hay proyectos de desarrollo, o de promoción de actividades productivas. Todo lo ya dicho hasta el hartazgo.
Sería entonces saludable que la cotorra, y otros sempiternos moscardones y charlatanes vernáculos, en vez de ensalzar melosamente el liderazgo mesiánico de la sacerdotisa, sin tanto estrépito en sus anuncios, se llamen a silencio.
Porque cuando hablan, dicen más de lo que realmente pasa, de lo que nos quieren decir que pasa.
Quiero tener fe. En Federal hay abogados y escribanos jóvenes con ganas de trabajar, a quienes debería convocarse, sin mirarles el pelo, si se pretende consagrar en los hechos lo que se pregona para los giles.