Es evidente que la obra pública ha dado mucho que hablar en estos tiempos, pero asistimos a un sistema feudal que abarca a los profesionales de la ingeniería, empresas viales y constructoras de nuestra región. Lo asombroso es el conocimiento ausente de las mejores técnicas de ejecución de las obras, en el cuadro de profesionales ligados a la contratista y al comitente. Lo expresado tiene como eje la construcción de la Ruta Nacional 127, a cargo de Vialidad Nacional, cuya obra comenzara en el año 1995, con una longitud de 100 kilómetros, desde Federal a San Jaime de la Frontera en el límite con la provincia de Corrientes.
Escribe -textual- Jorge Bernardo González -Ingeniero Civil-
El suelo núcleo, a partir de Federal está constituido por arcilla expansiva, que al contacto con la humedad creciente, se origina una expansión volumétrica del suelo que con la ayuda de la carga que produce el tránsito, da lugar a una tensión unidireccional de la arcilla que al encontrar una estructura rígida como el pavimento de hormigón, se producen deformaciones en la calzada, comenzando por fisuras, grietas hasta llegar al colapso de la estructura.
En estos casos la solución es trabajar con cal, y construir una estructura flexible, como el caso de pavimento a base de mezclas asfálticas que acompaña el movimiento que produce la expansividad de la arcilla expansiva.
El proyecto original de la Ruta Nacional 127 era a base de pavimento asfáltico, pero por orden del presidente Carlos Menen, en ese momento, en concomitancia con Amalia Lacroze de Fortabat -dueña de todas las fábricas del cemento-, hizo cambiar el proyecto en base a pavimento de hormigón, una estructura sumamente rígida, cuyo consumo de cemento portland en esos 100 kilómetros llega a totalizar una cantidad aproximada de 130.000 toneladas, lo cual implicaba un gran negocio para la señorita Amalita.
Lo lamentable y asombroso es que todos los empresarios y profesionales sabían del efecto de la arcilla expansiva, incluso a nivel superior de Vialidad Nacional. Aparte tomaron decisión por la gran defensa del pavimento de hormigón, sabiendo de lo negativo que sería.
Evidentemente el sistema presidencialista es autoritario y feudal.
Como conclusión hay que señalar que en la Ruta Nacional 127, a los seis meses de finalizada la obra, comenzaron las fisuras y luego la destrucción completa de las losas de hormigón, a pesar de las reparaciones, dando lugar al tránsito por la zona de banquina, por lo cual es imaginable el colapso de las placas de hormigón.
El costo computado por la obra y los gastos por reparaciones, son cuantiosos. Hoy en día la obra se reconstruye con pavimento flexible, a iniciarse en los próximos días, como nueva.
Argentina generosa, es costoso el monto total con lo hecho y a realizarse teniendo en cuenta los horrores cometidos, pero nadie tiene la culpa. La Justicia debe mirar esta situación.
Ruta de acceso a Villa Urquiza. Comitente DPV
En el año 1985 comienza la ejecución de las obras del acceso a Villa Urquiza, anunciándose como experiencia el uso de la conchilla triturada, extraída de una cantera de Victoria, como agregado de la mezcla asfáltica en sus distintas graduaciones.
Se contrató al ingeniero Santangelo de Buenos Aires, con grandes antecedentes como docente y estudioso de la mezcla asfáltica, quien a través de ensayos que no estaban normalizado para este tipo de material, decretó la bondad del material como apto para los pavimentos.
Pude apreciar las distintas graduaciones de la conchilla y su trituración dejaba una forma de laja de escaso espesor, que haciendo presión con las dos manos, el material se quebraba, no poseía dureza.
Es sabido que la forma lajosa no debe ser usado para la conformación de mezclas de hormigón o asfáltica, lo cual nos expresan las normas de construcción y, así me recordaba las expresiones sobre la forma de los agregado en tecnología de la construcción, en Tercer Año del Industrial de la calle Corriente, a cargo del profesor Naón.
Una vez terminada la obra, a los tres meses comenzaron a apreciarse las fisuras propias del pavimento y, el tránsito hizo lo posible, dio lugar al poco tiempo de baches que comenzaron a aparecer. Si bien se hacían reparaciones de bacheo y relleno de fisuras, no alcanzó para que la ruta colapsara en poco tiempo.
Como resultado del mismo se tuvo que hacer de nuevo la ruta de acceso a Villa Urquiza y, como conclusión quedo demostrado que la conchilla triturada puede servir para otros fines, pero no para agregado de mezclas asfáltica. Lamentablemente la obra tuvo doble costo, que lo paga el contribuyente a través de los impuestos.
Control de calidad de las obras viales
Las rutas de Entre Ríos están en una situación defectuosa, falta de mantenimiento y reparación, pero si investigamos cómo se desarrollan los controles en forma incompleta, donde la falta de control de calidad es evidente el alineamiento geométrico de la ruta.
De toda manera se necesita conformar formas más modernas de control de las obras con responsabilidades del comitente, empresa e incorporando a las intendencias del dominio de lugar de las obras. Perfeccionando las obras en su control, favorecerá a la economía de la provincia.
Escribe -textual- Jorge Bernardo González -Ingeniero Civil-
El suelo núcleo, a partir de Federal está constituido por arcilla expansiva, que al contacto con la humedad creciente, se origina una expansión volumétrica del suelo que con la ayuda de la carga que produce el tránsito, da lugar a una tensión unidireccional de la arcilla que al encontrar una estructura rígida como el pavimento de hormigón, se producen deformaciones en la calzada, comenzando por fisuras, grietas hasta llegar al colapso de la estructura.
En estos casos la solución es trabajar con cal, y construir una estructura flexible, como el caso de pavimento a base de mezclas asfálticas que acompaña el movimiento que produce la expansividad de la arcilla expansiva.
El proyecto original de la Ruta Nacional 127 era a base de pavimento asfáltico, pero por orden del presidente Carlos Menen, en ese momento, en concomitancia con Amalia Lacroze de Fortabat -dueña de todas las fábricas del cemento-, hizo cambiar el proyecto en base a pavimento de hormigón, una estructura sumamente rígida, cuyo consumo de cemento portland en esos 100 kilómetros llega a totalizar una cantidad aproximada de 130.000 toneladas, lo cual implicaba un gran negocio para la señorita Amalita.
Lo lamentable y asombroso es que todos los empresarios y profesionales sabían del efecto de la arcilla expansiva, incluso a nivel superior de Vialidad Nacional. Aparte tomaron decisión por la gran defensa del pavimento de hormigón, sabiendo de lo negativo que sería.
Evidentemente el sistema presidencialista es autoritario y feudal.
Como conclusión hay que señalar que en la Ruta Nacional 127, a los seis meses de finalizada la obra, comenzaron las fisuras y luego la destrucción completa de las losas de hormigón, a pesar de las reparaciones, dando lugar al tránsito por la zona de banquina, por lo cual es imaginable el colapso de las placas de hormigón.
El costo computado por la obra y los gastos por reparaciones, son cuantiosos. Hoy en día la obra se reconstruye con pavimento flexible, a iniciarse en los próximos días, como nueva.
Argentina generosa, es costoso el monto total con lo hecho y a realizarse teniendo en cuenta los horrores cometidos, pero nadie tiene la culpa. La Justicia debe mirar esta situación.
Ruta de acceso a Villa Urquiza. Comitente DPV
En el año 1985 comienza la ejecución de las obras del acceso a Villa Urquiza, anunciándose como experiencia el uso de la conchilla triturada, extraída de una cantera de Victoria, como agregado de la mezcla asfáltica en sus distintas graduaciones.
Se contrató al ingeniero Santangelo de Buenos Aires, con grandes antecedentes como docente y estudioso de la mezcla asfáltica, quien a través de ensayos que no estaban normalizado para este tipo de material, decretó la bondad del material como apto para los pavimentos.
Pude apreciar las distintas graduaciones de la conchilla y su trituración dejaba una forma de laja de escaso espesor, que haciendo presión con las dos manos, el material se quebraba, no poseía dureza.
Es sabido que la forma lajosa no debe ser usado para la conformación de mezclas de hormigón o asfáltica, lo cual nos expresan las normas de construcción y, así me recordaba las expresiones sobre la forma de los agregado en tecnología de la construcción, en Tercer Año del Industrial de la calle Corriente, a cargo del profesor Naón.
Una vez terminada la obra, a los tres meses comenzaron a apreciarse las fisuras propias del pavimento y, el tránsito hizo lo posible, dio lugar al poco tiempo de baches que comenzaron a aparecer. Si bien se hacían reparaciones de bacheo y relleno de fisuras, no alcanzó para que la ruta colapsara en poco tiempo.
Como resultado del mismo se tuvo que hacer de nuevo la ruta de acceso a Villa Urquiza y, como conclusión quedo demostrado que la conchilla triturada puede servir para otros fines, pero no para agregado de mezclas asfáltica. Lamentablemente la obra tuvo doble costo, que lo paga el contribuyente a través de los impuestos.
Control de calidad de las obras viales
Las rutas de Entre Ríos están en una situación defectuosa, falta de mantenimiento y reparación, pero si investigamos cómo se desarrollan los controles en forma incompleta, donde la falta de control de calidad es evidente el alineamiento geométrico de la ruta.
De toda manera se necesita conformar formas más modernas de control de las obras con responsabilidades del comitente, empresa e incorporando a las intendencias del dominio de lugar de las obras. Perfeccionando las obras en su control, favorecerá a la economía de la provincia.