La educación en el barro

(De la Redacción de Entre Ríos Ahora). Maximiliano Benítez es un periodista de Federal que, en los últimos días, ha utilizado las redes sociales para contar de qué modo su departamento fue devastado por las inundaciones, y cómo los federalenses llevan adelante el día a día.

Por ejemplo, el caso de los docentes, que en caminos fangosos, se calzan botas de goma o descalzos, desandan el trayecto que los lleva a la escuela. “En el departamento Federal hay docentes que concurren a dar clases en plena inundación, llueva o truene, cuando hay tanta gente que tiene una y mil excusas para no ir a laburar estos héroes de blanco van caminando entre el barro y el agua. Un poco de a pie y otro poco de a caballo, para cumplir con sus obligaciones, con sus alumnos”, contó.

Como las docentes de la Escuela N° 60, en plena selva montielera, María del Luján Letchman y Carina Rueda, pero igual faena deben cumplir los maestros de las escuelas N° 32 Brigadier Urdinarrain.

Francisco Nessmann, secretario general de la seccional Federal de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), tiene una mirada más global y dice que las reiteradas precipitaciones de abril, sumado a los desbordes de ríos y arroyos, han agudizado los problemas de infraestructura de las escuelas.
El dirigente consideró acertada la suspensión de las actividades escolares, aunque luego aseveró que la emergencia hídrica puso en jaque los caminos, de tierra y ripio, y puso en evidencia los déficits en los edificios escolares. “Las condiciones difíciles en tiempos normales se hacen dificiles y hasta peligrosas en estos tiempos, tiempos de olvido de los gobiernos”, señaló. .

Nessmann considera que la comisión paritaria de infraestructura, que reúne al Gobierno con los sindicatos docentes, “ha demostrado total incumplimiento”.
Pero además pone de relieve la evidente dificultad del docente de cumplir con su trabajo en medio de caminos totalmente destruidos y sin mantenimiento.
“No es menor mencionar la necesaria intervención institucional al respecto de docentes que intentan justificar su inasistencia a la escuela por inclemencias climáticas y algunos directivos lo rechazan porque dicen que ese argumento sólo es válido para escuelas rurales o suburbanas, y no para escuelas urbanas. Con estas lluvias, con estas calles y caminos localidades enteras se han transformado en ruralidad o paisaje suburbano”, dice Nessmann.

Aunque todavía las autoridades educativas no han resuelto de qué modo recuperar los días de clase que se han perdido durante abril.