'EL DEDO EN LA LLAGA' (L a V, 12hs)

Ruta 127: peligro latente


El estado de la red vial en la provincia de Entre Ríos es motivo de observación permanente.

Puede verse -y sufrirse- la carpeta asfáltica con ondulaciones, grietas, pozos, cráters; banquinas no consolidadas -son de tierra-; pastizales a la vera de las rutas y en las rotondas-cruces (tal el caso de la intersección de la 127 con la 6, a la altura de Sauce de Luna).

También ha sido un aspecto observable, la condición del terraplén de la ruta 127 en el cruce urbano con la ciudad de Federal, que a consecuencia de la falta de mantenimiento, regularmente genera la atención por el riesgo de desmoronamiento.

Se ha visto circunstancialmente el desplazamiento de estructuras de cemento en los techos de cruces peatonales, como asimismo, en las paredes de los túneles de peatones y vehiculares. Además, el deslizamiento de tierra de las barrancas se profundiza con desmoronamiento del suelo, lo cual, parte el terreno y por ende, divide las barrancas y la carpeta asfáltica de la vía de circulación internacional.

Las intensas lluvias agravaron el estado de deterioro de la superficie, en particular esta vez en la barranca de la colateral Aguirre Almada, aunque en otras oportunidades se registró el movimiento de suelo en la barranca de la colateral Berardo.

El reacondicionamiento de las barrancas está comprendido en el plan CREMA (Contrato de Recuperación y Mantenimiento), cuyo desarrollo fuera anunciado en repetidas ocasiones por las autoridades del Distrito 17 (Entre Ríos) de la Dirección Nacional de Vialidad.

Al problema en cuestión -desmoronamiento de las barrancas de la ruta en el cruce con la ciudad de Federal- se suman las quejas de automovilistas por la carencia de banquinas en el tramo desde el empalme de la ruta nacional Nº 12 hasta la ruta nacional Nº 14 en la provincia de Corrientes, y las protestas airadas de todos quienes transitan por la ruta 127 por el estado de deterioro de la carpeta asfáltica, la cual ha sido emparchada -mal- en algunas zonas, pero cuyo resultado de reparación es repetido, «pan para hoy, hambre para mañana».

En temporada estival -como así también después de las lluvias-, las grietas sobre el pavimento se potencian, provocando ondulaciones y pozos, que implican una trampa mortal para quienes principalmente, no recorren con asiduidad la ruta, y/o la transitan en horario nocturno.

El panorama es aún más crítico, porque sobre las cuestiones señaladas, además se adolece del funcionamiento normal de luminarias en las rotondas-cruces urbanos, que representan otro factor de extremo riesgo de accidentes.