Nada de cambios revolucionarios, ni de espacios ganados, todo perdido: la historia familiar, la dignidad de trabajar la tierra, de vivir en su lugar. Y esta calle de tierra abandonada, rota de la incapacidad para que el Estado haga lo que tiene que hacer. Este que es uno de los Caminos de la Producción, donde salen miles de toneladas del maldito yuyo, está en condiciones deplorables, y casi intransitable para los autos, pero a quien le importa, si los que aún habitan la zona son 3 viejos, una pareja y dos o tres más que entran y salen...
(Claudia Liliana García)