Dos internos tienen desequilibrio emocional y no cuentan con atención psicológica.
Derechos Humanos solicitó al Juez de Garantías mejoras en las condiciones habitacionales de los policías detenidos.
(Fuente Diario Río Uruguay de Concordia). El jueves 5/6/14, personal del Delegación de Derechos Humanos de Concordia se hicieron presente en la unidad Penal Nº 8 de la ciudad de Federal, donde constataron la veracidad de lo denunciado por los policías procesados en cuanto a las malas condiciones habitacionales. En la evaluación del informe llevado a cabo por los funcionarios en el lugar solicitan al señor Juez de Garantías, mejoras en las condiciones de detención de los mismos.
La información brindada por el Delegado de Derechos Humanos dependiente de la Municipalidad de Concordia, Rubén Bonelli a la redacción de Diario Río Uruguay constató que un grupo de trabajadores de dicha área se hicieron presentes este jueves, alrededor de las 15 horas, en la Unidad Penal Nº8 de la ciudad de Federal.
En el lugar, pudieron verificar que el recurso de habeas corpus solicitado por los abogados defensores, de los 8 policías que están detenidos en esta prisión, estaba basado en fundamentos reales. Ya que pudieron corroborar que se encontraban en condiciones habitacionales infrahumanas.
En la evaluación detallaron que la unidad está compuesta por cuatro pabellones de aproximadamente 2 X 8 metros, con celdas que miden 1,50 x 2,00 metros. Por otro lado, las ventanas son de 25 X 15 centímetros, sin vidrio, lo que permite la entrada de sol durante media hora por día, aproximadamente.
También, las paredes están manchadas con sangre, mocos pegados, huellas de dedos con materia fecal y quemaduras en líneas verticales. Los colchones son excesivamente viejos.
Las puertas de las celdas son macizas, tienen una ventanita para pasar la comida y es sobre esa puerta que golpean para que les abran durante la noche si necesitan concurrir al baño.
Los internos salen de las celdas a las 7 de la mañana y las cierran a las 23:00 horas. Hay recreo dos veces por semana con una duración de dos horas y van a una cancha alambrada, sin contacto con otros privados de libertad.
Tampoco cuentan con agua caliente en los baños. El agua para tomar es insalubre y les produce diarrea. Por la noche la puerta de chapa que separa las celdas del baño está cerrada por lo que orinan dentro de una botella de plástico cortada.
Tiene la posibilidad de usar el teléfono dos veces por semana, pero en este momento no está funcionando. El penal no tiene unidad familiar, por ser una cárcel de máxima seguridad. Las visitas se realizan en un espacio común.
Los comestibles están apoyados sobre el piso, mientras que en el pasillo que da a las celdas, hay una rejilla que está tapada con un papel de diario por el olor nauseabundo que sale de ella.
El espacio exterior al que tienen acceso mide aproximadamente 3 metros de diámetro. No cuentan con atención psicológica, ya que el psiquiatra fue una sola vez a verlos y hay dos internos muy desequilibrados emocionalmente.