"Si querés una obra para tu escuela, te la administramos nosotros"
La proposición es: "Si querés una obra para tu escuela, el dinero a asignarse lo manejamos a través de una cuenta de la Departamental de Escuelas: también nosotros nos ocupamos de adjudicar la obra a tal o cual empresa constructora"; esa es la bajada de línea desde la Departamental de Escuelas de Federal a los directores de establecimientos educativos del departamento Federal que solicitan obras para sus escuelas.
Imposición y extorsión, resultan premisas de los funcionarios de gobierno al momento de gestionar construcciones a ejecutarse en las escuelas.
El negocio de la obra pública no tiene límites.
Una anécdota es el fiel reflejo de la realidad: «Un empresario de Federal contó que para que se le adjudique una obra, primero tenía que pasar a dejar un cheque por la oficina de De Vido en Buenos Aires en concepto de retribución por ser favorecido con tal o cual edificación».
Otros dicen que conocen el trámite de memoria toda vez que van a buscar un pliego de licitación. La consulta de rigor para que se los considere al momento de otorgárseles una obra es, «cómo querés que te lo haga; por la vía normal o por la ‘Pontacuarto’?».
Ya se sabe que la celeridad en el trámite implica dar el vuelto.
La modalidad en la operación es una característica; las partes no lo dismulan, o en todo caso, los interesados no lo ocultan.
Hay quienes no se asocian a la complicidad de la corrupción. Otros que rechazan mancharse, se sienten extorsionados, de lo contrario, no consiguen obras para su escuela.
Un director de escuelas de Colonia Federal, se negó a que la Departamental de Escuelas le manejara el dinero que pudiera provenir de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, y por ende, tampoco aceptar le impongan el constructor al que se le adjudique la obra.
La normativa no redactada, rige para todos los casos: «si querés que te construyamos un tinglado, el senador Taleb te lo gestiona ante la Cafesg; pasame una nota para que los fondos entren por la cuenta de la Departamental».
A los directores que retacean apoyar el proceso de adjudicación de obras, les dicen: «los fondos están atrasados», a la vez que vuelven a plantearles, «pasame la nota para que te manejemos los fondos a través de nuestra cuenta (la de la Departamental de Escuelas)».
Con el consentimiento de los directores para que sea la Departamental de Escuelas la que administre los recursos y adjudique a tal o cual empresa constructora la obra, la escuela beneficiada «no interviene porque la Cafesg y la Departamental de Escuelas
se harán cargo de la obra», comentó el director de un establecimiento educativo del departamento Federal.
El mecanismo de adjudicación de obras, «puentea» a la Zonal de Arquitectura, organismo que queda al margen de los proyectos. En consecuencia, la Departamental de Escuelas administrará los recursos económicos, adjudicará, y pagará los arreglos, remodelaciones, y construcciones que se ejecuten en los establecimientos educativos cuyos directores extorsionados acaten «la normativa».
La proposición es: "Si querés una obra para tu escuela, el dinero a asignarse lo manejamos a través de una cuenta de la Departamental de Escuelas: también nosotros nos ocupamos de adjudicar la obra a tal o cual empresa constructora"; esa es la bajada de línea desde la Departamental de Escuelas de Federal a los directores de establecimientos educativos del departamento Federal que solicitan obras para sus escuelas.
Imposición y extorsión, resultan premisas de los funcionarios de gobierno al momento de gestionar construcciones a ejecutarse en las escuelas.
El negocio de la obra pública no tiene límites.
Una anécdota es el fiel reflejo de la realidad: «Un empresario de Federal contó que para que se le adjudique una obra, primero tenía que pasar a dejar un cheque por la oficina de De Vido en Buenos Aires en concepto de retribución por ser favorecido con tal o cual edificación».
Otros dicen que conocen el trámite de memoria toda vez que van a buscar un pliego de licitación. La consulta de rigor para que se los considere al momento de otorgárseles una obra es, «cómo querés que te lo haga; por la vía normal o por la ‘Pontacuarto’?».
Ya se sabe que la celeridad en el trámite implica dar el vuelto.
La modalidad en la operación es una característica; las partes no lo dismulan, o en todo caso, los interesados no lo ocultan.
Hay quienes no se asocian a la complicidad de la corrupción. Otros que rechazan mancharse, se sienten extorsionados, de lo contrario, no consiguen obras para su escuela.
Un director de escuelas de Colonia Federal, se negó a que la Departamental de Escuelas le manejara el dinero que pudiera provenir de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, y por ende, tampoco aceptar le impongan el constructor al que se le adjudique la obra.
La normativa no redactada, rige para todos los casos: «si querés que te construyamos un tinglado, el senador Taleb te lo gestiona ante la Cafesg; pasame una nota para que los fondos entren por la cuenta de la Departamental».
A los directores que retacean apoyar el proceso de adjudicación de obras, les dicen: «los fondos están atrasados», a la vez que vuelven a plantearles, «pasame la nota para que te manejemos los fondos a través de nuestra cuenta (la de la Departamental de Escuelas)».
Con el consentimiento de los directores para que sea la Departamental de Escuelas la que administre los recursos y adjudique a tal o cual empresa constructora la obra, la escuela beneficiada «no interviene porque la Cafesg y la Departamental de Escuelas
se harán cargo de la obra», comentó el director de un establecimiento educativo del departamento Federal.
El mecanismo de adjudicación de obras, «puentea» a la Zonal de Arquitectura, organismo que queda al margen de los proyectos. En consecuencia, la Departamental de Escuelas administrará los recursos económicos, adjudicará, y pagará los arreglos, remodelaciones, y construcciones que se ejecuten en los establecimientos educativos cuyos directores extorsionados acaten «la normativa».