Alguien
habrá preguntado al ver el presupuesto para la construcción de dos aulas en la
Escuela ‘Mburucuyá’ de Loma Limpia, “pero tan caro están los materiales y la
mano de obra?”. El monto de 380 mil pesos, espanta. Es lo que demanda edificar
dos compartimentos con 3 ventanas y una puerta cada recinto.
En la
insistencia sobre la curiosidad, se planteará, “no será que se equivocaron en
la cantidad de materiales que necesitarían y en cotizar el trabajo a
realizar?”.
Sorprende
la cifra que se requiere para construir 2 aulas. Se concluye en que hay una
sobrevaluación en el precio de la mano de obra, y/o que los materiales para la
construcción aumentaron estrepitosamente a pesar de la negación de la
inflación.
O será
que la empresa constructora a la que se le adjudicó la obra no tiene
experiencia en el rubro y se equivocó en el cálculo?.
Se
supone que el constructor propietario de la empresa contratada es un
profesional matriculado y que por ende “tiene conocimiento de causa” en la
ejecución de dos espacios que se agregan al edificio escolar emplazado en el
monte del departamento Federal. La referencia a la habilitación profesional es
porque no debería existir margen de error al momento de presupuestar la obra.
“Tal
vez se sumó mal?” replanteará con un dejo de ironía el desconfiado paisano que
mira el desarrollo de la modesta construcción.
“Es
mucho dinero el que se desembolsa”, destaca el hombre que mira desde su caballo
en dirección al techo de las aulas, acotando a quien lo quiera escuchar,
“fijese que el techo es de chapa…” como comparando que el costo es inferior al
que implicaría construirlo de hormigón.
“Quién
está a cargo de la obra?” consultará frunciendo los ojos el vecino de la
escuela; desconfiado y a la vez intuitivo de que el constructor-empresario
“conoce del ramo como yo de tecnología”.
Se
podrá excusar al respecto como defensa del proyecto: “Pero para construir dos
aulas no se necesita la conformación de una UTE (Unidad Transitoria de
Empresas)”; del mismo modo se aseverará por parte de quienes dudan sobre el
volúmen de los recursos públicos afectados, “pero dos aulas no cuestan casi 400
mil pesos…”.
Desde
Federal se hace la comparación: “Pero si dos aulas cuestan 400 mil pesos,
cuánto es el valor de un CAMES (vivienda
edificada por la Municipalidad de Federal a través de un círculo de
administración con el aporte de futuros propietarios)”.
Volviendo al paraje Loma Limpia, asoma la nueva edificación en el establecimiento educativo símbolo del lugar. A su paso por la escuela, el hombre de a caballo se acomoda el sombrero, a la vez que gira sus ojos hasta el límite con las cejas, mientras se le escucha decir entrecortado por el canto de los pájaros, “me parece que se les fue la mano con el presupuesto”.