'EL DEDO EN LA LLAGA' (L a V, 12hs)

Precaución: la escuela a la que concurre su hijo está descuidada


Las condiciones de infraestructura del edificio de la Escuela 1 ‘Vicente López y Planes’, en Federal, es la radiografía del abandono del Estado que incurre una y otra vez en la inoperancia al momento de ocuparse de la Educación.
En el establecimiento educativo ubicado en un lugar neurálgico del radio urbano, a una cuadra de lo que es el centro cívico de la ciudad cabecera departamental -la minuciosa especificación geográfica es para que se comprenda la importancia de la casa de estudios- funcionan 4 comunidades educativas: nivel primario de la Escuela 1; Profesorado para la Enseñanza Primaria ‘Dr Luis Arienti’; Profesorado de Matemáticas; Profesorado de Lengua.
Por los techos y paredes se filtra el agua de lluvia; en los sanitarios las canillas se sostienen con alambre, por las rejillas rotas el agua servida desborda e inunda los baños; el mobiliario se desarma; el cableado de la red eléctrica convive con la humedad.
La infraestructura edilicia evidencia la carencia de mantenimiento, que ha desnudado el esqueleto. No es que de la noche a la mañana surgieron los inconvenientes para quienes habitan el inmueble, sino que es a consecuencia de un tiempo prolongado durante el que nada se hizo.
Pasan los años, naturalmente los ciclos estacionales, los períodos lectivos y de vacaciones, y como el sol que aparece al alba y se oculta al ocaso, la rutina –por no decir la historia- se emparenta con lo que es, la repetición de siempre lo mismo.
Techos, paredes, baños, instalaciones eléctricas, reflejan el descuido. Las manchas de agua sobre paredes y techos, los cables descolgados, la grifería amarrada con piola y alambre, documentan el abandono.
Angustia, indignación, son las sensaciones que predominan en docentes y padres. Las autoridades que deberían ser competentes no tienen espíritu de cambio. Indiferentes a la situación de desamparo en que se encuentran los alumnos, no los anima revertir el proceso de progresivo deterioro.
Las alarmas -no los aparatos, sino literalmente a modo de observación- se encienden por repetición en la mayoría de las escuelas. Los que tienen la responsabilidad de gobernar hacen oídos sordos.

Es probable, en virtud de los antecedentes, se interesen en solucionar el problema cuando esté resuelto (por la Cooperadora Escolar, o en el nombre de otros, ante el Estado ausente).