'EL DEDO EN LA LLAGA' (L a V, 12hs)

Para el co-gobierno de los Fernández, "la inflación es psicológica, la autoconstruye" la gente

 


















La inflación de abril trepó al 8,4 % y la interanual es la más alta en 30 años. Con estos datos del Indec, la interanual es la más alta en más de 30 años. Alimentos volvió a estar entre los rubros que más subieron.


12/05/2023 16:00Actualizado al 12/05/2023 19:14






La corrida cambiaria de mediados de abril que en diez días llevó el dólar informal de $400 a $500 se trasladó -sin dilaciones- a los precios y la inflación del mes pasado escaló al 8,4 % y acumula en el año 32%. Así, la variación interanual trepó a 108,8 %: la más alta en más de 30 años.

Los datos fueron informados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos a través del índice de precios al consumidor (IPC) que volvió a marcar al rubro alimentos como uno de los que más aumentos registró.

Lejos quedó así, la previsión del ministro de Economía, Sergio Massa, cuando en enero de este año dijo que en abril la inflación se ubicaría en la senda del 3% mensual. En verdad la estampida de los precios se profundizó y marzo descolocó a más de un economista con un alza de 7,7%.

El aumento registrado en abril en la tasa de inflación hace prever que en mayo habrá otra ronda de aumentos. Esto es porque el impacto de la suba de los dólares financieros de abril se seguirá registrando en los precios medidos para este mes. 

Según el informe oficial, en abril, el mayor aumento fue en el segmento prendas de vestir y calzado, con una suba promedio de 10,8% como producto del cambio de temporada. Siguió alimentos y bebidas no alcohólicas con un aumento de 10,1 % y una variación interanual de 115%.

Los mayores aumentos se vieron en verduras, tubérculos y legumbres, leche, productos lácteos y huevos, azúcar, dulces, chocolates, golosinas, y carnes y derivados. 

A su vez, la división restaurantes y hoteles tuvo un alza de 9,9 %; mientras que equipamiento y mantenimiento del hogar un 8,6 %. El rubro recreación y cultura acompañó con incrementos de 7,5%. Bienes y servicios incrementaron sus precios en 6,6%.

Por su parte la salud acusó un alza del 6,6% debido al incremento de los medicamentos y, en menor medida, a la implementación de la nueva fórmula de actualización de prepagas.

El promedio de inflación fue 8,4 %. El Gran Buenos Aires marcó una suba superior; llegó a 8,6 % y es la zona de mayor inflación del país. Le siguió la región pampeana con el 8,5 %, detrás el Noreste con el 8,3% y la Patagonia con el 8,1 %. Por debajo del ocho por ciento se ubicaron el Noroeste con el 7,7 % y Cuyo con el 7,2 % de inflación el mes pasado.

Horas antes de que se publicara el número oficial de la inflación de abril, el presidente Alberto Fernández había anticipado que el número sería alto y consideró que la suba del dólar "opera en la cabeza de los argentinos como que va a haber una disparada y se produce una escalada de precios".

"Tuvimos un problema muy serio con la inflación en abril, una corrida que llevó el dólar de 460 a quinientos y pico de pesos. En una semana, subió y bajó y volvió a los precios que tenía. Pero esa subida de precios opera en la cabeza de los argentinos como que va a haber una disparada y se produce una escalada de precios y luego baja el dólar y los precios no", apuntó en declaraciones a Radio 10.

Fernández, insistió: "Ayer a la noche tarde hablaba con Sergio y le decía 'tenemos que ponernos algún objetivo definitivo para parar con esto'. Hay muchas causas, una es la especulación de que puede haber una devaluación... el por las dudas".

En plena campaña electoral, la oposición no dejó pasar la oportunidad para cargar ironías y fuertes críticas a la política impulsada por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, frente a la escalada de los precios. Desde Patricia Bullrich aludiendo a la inflación “psicológica” hasta las apreciaciones escatológicas de Javier Milei.

Después de darse a conocer el informe de la inflación, el Secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, comentó que "abril volvió a presentar un dato de inflación sumamente elevado" con el 8,4%, y ante esto, las autoridades redoblarán los esfuerzos" a fin de lograr mejores resultados en la lucha contra la inflación".

"Como aspectos particulares de la inflación de abril, cabe mencionar aumentos en bienes estacionales, como verduras (20,5%) e indumentaria (10,8%), ambos componentes que ya habían traccionado (SIC) los precios en el mes anterior", dijo Rubinstein a través de su cuenta de twitter.

El viceministro de economía apuntó a que "si bien algunos componentes del IPC Núcleo mostraron una importante desaceleración respecto de los elevados niveles de marzo, tal como la carne vacuna (2,7%), otros componentes mantienen dinámicas aceleradas, como la carne aviar (26,4%), lácteos (11,1%), azúcar (10,6%) y pan y cereales (8,5%)".

Desde el Palacio de Hacienda "percibimos también que la intranquilidad cambiaria en los mercados del dólar financiero, en la última parte del mes, impulsó subas de precios preventivas en muchos productos y servicios de nuestra economía", continuó.

"Esto requerirá redoblar esfuerzos desde la macroeconomía para poder concretar políticas que permitan mejorar las cuentas fiscales, la acumulación de reservas y la estabilidad cambiaria, como así también robustecer la política de ingresos, todo ello a fin de lograr mejores resultados en la lucha contra la inflación", dijo el funcionario.

La contundencia del número de abril, superó inclusive a las previsiones de todos los economistas: según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que difunde el Banco Central, las consultoras habían estimado para abril, un aumento de la inflación del 7,5% y una suba para todo el año de 126,4%. Es decir, 0,7 puntos y 16,4 puntos por encima de la encuesta de marzo respectivamente.

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12/05/2023 16:32Actualizado al 12/05/2023 17:26

El dato de inflación de abril no sorprende. La economía funciona sobre una inercia elevada y buena parte de ella ve el dólar libre como el único precio que en un contexto de tanta dispersión de los mismos funciona como referencia. Básicamente, un reflejo de que la moneda argentina está perdiendo otra de sus funciones, la de unidad de medida.

El dólar había quedado atrasado respecto a los precios y al ponerse al día en estos meses está acelerando la tasa de inflación. Así, la economía se dispone a alcanzar un número de dos dígitos mensuales en caso de que no se tomen medidas para contrarrestar esto. Esas medidas deberían ser más pronto que tarde, dado que el mes de mayo aparenta ser de una aceleración respecto a abril debido al efecto arrastre del mes pasado y el aumento de determinados bienes y servicios regulados.

La medida principal no es tan difícil de tomar, es aceptar que se está ante una situación compleja. Algo que el Gobierno ha relativizado diciendo reiteradamente que “lo peor ya pasó…”. Si a esta inflación le queda corregir el tipo de cambio oficial, tarifas y se monta sobre una inercia elevada, no hay razones para creer que sea de esa forma, por el contrario, lo peor está por venir.

Esto no implica necesariamente que la economía enfrentará una hiperinflación, pero al coquetear con esa posibilidad podría concretarse.

Si el gabinete económico se digna a establecer un objetivo inflacionario realista, es posible que pase de tener un rol de amplificador de incertidumbre a uno estabilizador. Si lo primero es asumir la posibilidad de que la inflación se siga yendo de control, lo segundo es empezar a construir credibilidad. En algún momento hay que empezar con esta tarea y anunciar que el BCRA utilizará las herramientas a disposición para frenar la inflación. Es decir, dejar de mirar a la Secretaría de Comercio y empezar a mirar al BCRA para que de explicaciones acerca de los datos de inflación.

La emisión este año posiblemente supere la meta establecida por el FMI, son datos que el BCRA no anuncia. La transparencia se volvió un elemento central a la hora de llevar una política monetaria estándar en cualquier país normal, no sólo en los que funcionan bajo regímenes de metas de inflación.

En tercer lugar, y vinculado a la credibilidad, está la discusión poco abordada acerca de cómo son las decisiones del directorio del BCRA. La recomendación natural es que esté integrado por profesionales independientes, o al menos que representen distintas miradas respecto al curso de la economía. Algo en lo que nuestra autoridad monetaria aún está lejos de alcanzar.

Estas primeras medidas no descartan la posibilidad de ser acompañadas de medidas heterodoxas como tener un monitoreo acerca de aumentos de precios, o bien incluso de tratar de abordar mesas de discusión de establecimiento de pactos de precios y salarios. Pero definitivamente estas deben funcionar como medidas de segundo orden que estén tras la disciplina fiscal y monetaria. Algo que además de cumplirlas, hay que anunciarlas y respetarlas dando la mayor rendición de cuentas posible ante la sociedad.

(*) El autor es economista y Director Ejecutivo de la consultora LCG

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