La oscuridad predominó sobre la claridad del día (fue el lunes 11/7/2022; pudo ser cualquier otra la fecha porque es como un ciclo natural: el día precede a la noche y viceversa).
Las horas de la mañana se fueron tiñendo de gris en la misma progresión en que se interrumpió el suministro de energía eléctrica.
Como la noche espera al día, los sufridos usuarios hicieron la antesala de ver el alba. Hasta que se hizo la luz, por unos segundos, minutos, como si sobrevivieran al día siguiente luego de una noche de insomnio.
Uno de los primeros "cortes de luz" se produjo a las 10:08; fue como un abrir y cerrar de ojos; el restablecimiento del suministro fue instantáneo, pero, fue un presagio del devenir de las reiteradas interrupciones, que no fueron precisamente tales, sino, "salidas de servicio de fase" por tiempo cada vez más prolongado. El borrador con los apuntes de las veces que se "cortó la luz", fue llenando casilleros: de 10:14 a 10:17; a las 10:25, "chicotazos"; a las 10:45, corte y reanudación en el mismo segundo; y a las 10:46, la luz se apagó, para volver a encenderse 1 hora y 23 minutos después (hasta las 12:09). El gráfico de cortes se completó en la franja horaria comprendida entre las 13:02 y las 14:19.
Cuatro horas once minutos entre luces y sombras de un día gris en cuyo recorrido de las agujas del reloj, el pluviómetro acumuló en la ciudad de Federal, sólo 6 milímetros.
En otras localidades de Entre Ríos, llovió más; ese día, el lunes 11 de julio, en Viale, el granizo formó parvas de hielo, cantidad de agua congelada que tuvo que ser arrastrada por palas cargadoras para liberar las calles; en Colón, la lluvia se asoció a una tormenta de tal magnitud que por cuya relevancia el intendente aconsejó a los pobladores "quedarse en casa".
En un lado del pueblo, en "La Villa", la luz, del color como los rayos solares a la puesta y a la salida, volvió a verse en el semáforo a las 11:54; mientras que el registro en la zona de "Pueblo Alegre" en que se restableció el suministro de energía fue a las 12:09.
La irritación predominó en el ánimo de los usuarios. Las imágenes de la vida cotidiana se alteraron: puertas abiertas en los locales comerciales pero el interior a oscuras; tránsito confuso en las esquinas donde los semáforos estaban apagados; filas de espera en los cajeros automáticos de las sucursales bancarias.
Las vías de comunicación también colapsaron: no había internet; el teléfono de línea fija estaba más mudo que en los últimos años; la recarga de batería de los teléfonos móviles quedaba relegada.
A esa altura de la mañana, el apagón ya era generalizado: el suministro eléctrico había sido en simultáneo y masivo. Pero, por el boca en boca de los vecinos se escuchaban preguntas tales como, "el corte es sólo en mi casa?", "se habrá cortado en toda la cuadra?", "el corte será por la fase de este barrio?". Como siempre, la única empresa proveedora de energía de Entre Ríos, se parece a la policía: comunica la "razón-motivo-circunstancia" por la ausencia de servicio cuando todo ha pasado.
Podrá decirse que esta vez están justificadas las causas (temporal de viento-tormenta eléctrica); pasa que, es como al gobierno: nadie les cree aunque sea cierto.
Las especulaciones de los usuarios decantaron en una información, palabras más, palabras menos: "Enersa comunica que la interrupción del suministro eléctrico se produjo por el temporal que azotó a la provincia; el servicio se irá restableciendo progresivamente", habría sido la redacción de un comunicado de prensa.
La lista de los afectados abarcó a los centros de salud, vía pública ante la falta de semáforos, cámaras de videovigilancia, bancos, supermercados, organismos públicos, sistemas informáticos, caída de sistemas, comercios en general.
El restablecimiento del suministro eléctrico se fue normalizando, en modo siesta.
