Un
auto se hundió en la acera de una calle, a la salida de un garaje, como
consecuencia de que el suelo cedió por el agua de lluvia acumulada. Sobre la
superficie que haría las veces de cuneta, se ejecutó tiempo atrás el tendido de
un cableado subterráneo de una red de telefonía móvil.
El vecino que resultó afectado por el incidente, comentó que una empresa de telefonía móvil, ejecutó la obra de tendido subterráneo de fibra óptica, y que tapó los cables como quien esconde basura debajo de una alfombra. Los "resultados" de la obra finalizada, se reflejaron cuando circunstancialmente pasó la aspiradora de la naturaleza. Un día llovió, el agua se estancó, la tierra se tornó movediza, y un vehículo quedó en posición como la popa de una embarcación.
El
dueño del automóvil transmitió que el saldo del percance pudo haber sido peor;
al mismo tiempo en que avisó al vecindario para que prevengan cómo salir del
estacionamiento.
Tal
como lo exteriorizara el vecino que afrontó el imprevisto a causa del estado de
la vía pública, el ente de gobierno municipal debería supervisar el
desenvolvimiento de las empresas de servicios, las que no “miden las
consecuencias”, como podría ser en qué condición dejan los lugares en los que
realizan la instalación de cañerías de gas natural, red de energía eléctrica,
de telefonía, entre otros.
Con los antecedentes de situaciones tales como rotura de caños de gas natural, de postes que sostienen el cableado de la red de telefonía fija, entre otras irregularidades oportunamente observadas, cabe instar a la autoridades municipales, a que extremen las medidas de control sobre las empresas “prestadoras de servicios”.