La escuela del escarnio
(De la Redacción de Entre Ríos Ahora). Le dicen la escuela de
los “repetidores”.
Y de eso se trata: una
escuela adonde fueron a parar los alumnos que el propio sistema educativo,
incumpliendo su propia normativa, expulsó. Así nació la escuela de los
“repetidores” en la ciudad de Federal.
Cuando surgió, a
principios de año, todos creyeron que sería una solución temporaria, que pronto
se encauzaría todo, y que el Estado daría una solución digna.
Pero no: todo sigue
igual.
Son cien alumnos que
dan forma a la Escuela Secundaria N° 11, una escuela que es una ficción: no
tiene edificio, sino que funciona en el mismo lugar que la Escuela de Jornada
Completa N° 44 Domingo Faustino Sarmiento, y tampoco tiene asignados los
recursos para servir la merienda, y por eso los chicos a veces reciben un té, a
veces un pedazo de torta frita, a veces pan que donan los vecinos.
Llegaron hasta allí
por el reclamo de los padres, desesperados al ver que sus hijos se quedaban sin
bancos, expulsados del propio sistema escolar por haber repetido de año.
Los ubicaron en
lugares impropios, pero que estaban vacíos. Así dan clases, todos los días.
De modo irregular
fueron ubicados en ese gueto.
Desde 2011 existe una
norma en el sistema educativo de Entre Ríos que establece que cada escuela debe
retener a todos los alumnos, incluso a los que repiten.
La resolución N° 1.770
del Consejo de Educación fija que, aún cuando repita, ningún alumno podrá
quedar afuera de la escuela bajo el argumento de que no hay banco.
Pero en Federal ocurre
otra cosa: los alumnos de secundaria que repiten no tienen banco, y son
derivados a la escuela de los “repetidores”.
Esa escuela tiene
ahora 1° y 2° años en funcionamiento.
“La escuela de
repetidores está con todo de prestado”, dice una maestra del nivel primario de
la Escuela de Jornada Completa, que conoce de cerca la realidad que se vive en
la secundaria.
Muy a su pesar, la
seccional Federal de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer)
forzó la creación de esa escuela de “repetidores”.
Ante la certeza de que
quedarían muchos adolescentes sin banco, el gremio fue ante la Justicia para
reclamar que se garantizaran los derechos de las familias, y así fue como el
Estado se vio obligado a dar una respuesta de emergencia. Así nació la escuela
de “repetidores”.
“Así surgió la Escuela
N° 11, con lugar prestado, con alumnos hacinados y, lo que es peor, sin
presupuesto para hacer funcionar el comedor o servir un refrigerio a los
chicos”, contó la docente.
El problema, en el
fondo, es la carencia de infraestructura educativa.
En Federal, dicen
desde Agmer, desde hace 23 años no se construye un edificio nuevo. “No sólo
faltan escuelas secundarias, sino también escuelas primarias –apuntan desde el
gremio–. El Municipio de Federal ha donado terrenos para construir edificios,
pero sólo hay promesas desde la Provincia, pero no se construye nada”.
La “escuela de los
repitientes” empezó a dictar clases dos meses después de iniciado el ciclo
escolar 2013.
Y surgió, de acuerdo a
lo que explicó en forma pública la directora departamental de Educación de
Federal, Patricia Padilla, para contener a aquellos alumnos que, al inicio del
ciclo escolar 2013 quedaron sin banco por haber repetido de año.
Para poder armar una
escuela sobre los despojos de otra, fueron refuncionalizados talleres y otros
espacios sin uso de la Escuela Primaria Nº 44 y algunas aulas de la Escuela
Secundaria Técnica Caudillos Federales.
De ese modo se pudo
dar cabida a los alumnos repitientes que estaban sin clase.
Padilla dijo que “esto
va a ser una cohorte, que no va a depender de ninguna otra escuela, luego
tendremos que pedir la segunda cohorte, mientras trabajamos para conseguir la
construcción de una nueva escuela en Federal”.
De momento, no hay
ninguna perspectiva de que ello vaya a suceder así, que en lo inmediato se
piense construir una nueva escuela. Y así, la escuela del escarnio seguirá en
el mismo lugar incómodo que ahora, y el Estado, ninguneando a ese puñado de
adolescentes que busca formarse en una escuela pública.