Escribe Osvaldo Carbonell -Círculo de Escritores Federalenses ‘Retoños del Montiel’-
Politico a fuerza, administrador de cuna
Sin receta alguna más que voluntad
Birome en la mano, cuaderno barato
le bastaron al flaco para controlar,
Porque don Giovanni desde cuando niño
su ramos generales le inculcó cuidar.
Llego a intendente y ofrendó sus días
para construir esta su ciudad
La llenó de obras, de luces y flores
También le hizo cloacas y se animó a asfaltar
Porque recordando las calles de barro y botas de goma
contagió a vecinos para enripiar,
Y todos aceptaron aquel desafio
Las calles de tierra quedaron atrás.
Pagó largas cuotas de aquel crédito chivo,
de tiempos de otros, mejor no recordar
Fue cumpliendo el acuerdo
con firme entusiasmo,
porque a su pueblo quería cambiar.
Carlitos Lucchessi, el amigo de todos,
el buen funcionario el sillón dejará
Hoy mira distante, se toma un respiro
Otros objetivos pronto llegarán
Y junto a su entorno, rescatará afectos,
recuperará el aliento para continuar
Descansar un poco, de entregarlo todo,
sin tantos pedidos, ayudas, reuniones,
que son satisfacciones en lo personal,
pero a la hora de ver la balanza
se tiene en el debe a lo personal.
Y andará las calles, recogiendo afectos
que con sus virtudes supo cosechar
Ante la vergüenza de sus detractores
que dentro de un tiempo le reconocerán
calles enripiadas con luces y flores
como lo soñaba hacer realidad.
Por su amor pueblerino
Por soñar bien despierto
Por su empeño terco para progresar
Le damos las gracias por tanto trabajo
Por hacer junto a otros, esta gran ciudad
Quienes conocemos y lo respetamos
no lo despedimos, sabremos esperar
Funcionarios serios, sencillos y honestos
desde hace un tiempo, no son fácil hallar
Y lejos de tristezas, hay que inflar el pecho
sentirse orgulloso de esta realidad.
Porque aquel pueblito del norte olvidado
hoy se ha convertido en bella ciudad
Ante lo soñado hace tanto tiempo
no puede ocultarse, a la vista está.
