'EL DEDO EN LA LLAGA' (L a V, 12hs)

«El haberse detenido en parte una Resolución, no significa cejar en la intencionalidad»

Pronunciamiento de AGMER-Federal sobre el proyecto del Gobierno de Entre Ríos de recategorización de escuelas.
La Seccional Federal de la Asociación del Magisterio de Entre Ríos elaboró un documento de rechazo al proyecto del Consejo General de Educación de la provincia de Entre Ríos -aplicado y temporalmente suspendido- de recategorización de escuelas que implica consecuencias enumeradas por el sindicato de los trabajadores de la educación.

El comunicado de AGMER-Federal, consigna textualmente: «La situación generada a partir de la Resolución 0937/11, que bajo la pantalla de "recategorizar escuelas" develó otras intenciones, ha provocado no sólo la necesaria reacción docente-sindical, sino la de la propia comunidad que se ve contenida en la institución escolar de pertenencia.
Como decíamos, detras de la consigna "recategorizar" se esconden objetivos claramente economicistas que atentan contra las óptimas condiciones pedagógicas de la relación educativa, desconocen la realidad socio-económico-cultural que convive con la escuela y, lógicamente prevé el recorte presupuestario de cargos y partidas de supervivencia a la propia escuela.
Y las consecuencias pueden ser nefastas si no se reacciona a tiempo....
La movilización que desde cada lugar se dió (no sólo docente), invitó a dar un paso atrás a esta gestión; más no significa que hayan cambiado intenciones, por lo que la movilización continúa...
Detrás de esa pantalla de "recategorización" cabe desentrañar todo lo que esconde detrás y que justamente sirven de argumentos irrefutables contra el Anexo II de la Resolución y, por ende, a la gestión funcionarial que la promulga.
Y desde este lugar el rechazo irrenunciable a ese Anexo II por razones que es necesario enumerar:
-Los por qué de reducir cargos y partidas que ya estaban previstas y aprobadas en un Presupuesto que fue sancionado no hace muchas semanas y que declaman como un logro de esta gestión.
-El desconocimiento claro y profundo de las realidades sociales que conviven con la institución escolar y en la relación educativa de los docentes que la obligan a adaptarse constantemente.
-La intención claramente economicista, que contrario a la discursiva de educación personalizada y atención de expectativas, capacidades y posibilidades del educando enunciadas en leyes que supieron sancionar, se pretende "recargar" más alumnos en menos maestros, e incluso alimentarlos con menos partidas a los mismos comedores.
-El desconocimiento intencional (y violatorio) de toda legislación que reconoce derechos a alumnos integrados, alumnos con necesidades educativas especiales, alumnos con diversas discapacidades, alumnos con problemáticas sociales de todo tipo, etc; haciendo de ellos sólo un número en la estadística del CGE a diferencia de la dedicacción y atención que dedica la escuela.
- La puesta en marcha de planes en educación, en lugar de la elaboración y apropiación de un currículo propio, que eduque y forme nuestros niños; planes que sólo buscan "ahorros" de presupuestos en contra de los tiempos madurativos y de aprendizaje de nuestros alumnos.
-La respuesta fría a que es necesario construir más aulas y más escuelas ante una matrícula creciente, es posible "amontonarlos" en lo que hay, y con menos maestros.
-Y desde estos sustentos, la utilización de parámetros obsoletos y anacrónicos para categorizar escuelas del siglo XXI haciendo de los alumnos y de las escuelas números estadísticos en lugar de realidades socio-culturales que deben ser interpetadas desde el derecho a la Educación, no desde recetas económicas.

Por ello no es menor el rechazo al Anexo II de la Resolución. Y mucho menos es de soslayar que este rechazo se da no ya desde un ámbito sindical sino en el brazo a brazo con la comunidad educativa toda. Y por ello también la exigencia de derogar normativas que sostenemos anácrónicas, de hace más de 20 años (o siglo pasado).
No desconocen esto funcionarios responsables, que pretenden medir numéricamente una escuela actual de 6 años con la misma vara que medían hace 20 años atrás una escuela de 7 años (o con 7º grado).
Y no lo desconocen porque estos mismos ciclaron la escuela actual en 6 años para la escuela primaria...
Pero el haberse detenido en parte una Resolución, no significa cejar en la intencionalidad. Por ello, la asamblea docente y comunitaria en las escuelas afectadas en esta Seccional Federal de AGMER sigue viva, movilizada, y debatiendo fundamentalmente en aquello que hace a sustentar desde lo pedagógico, desde lo social, desde lo cultural, desde el conocimiento, todo embate economicista que interpreta a la Educación como un gasto y no como inversión.
Y aún sin compartir metodologías e incluso acciones, desde distintos sectores de la Departamental de Educación reconocen la justicia de la lucha, porque conviven con la escuela misma, no las miran en estadísticas detrás de un escritorio en el C.G.E.

Francisco R. Nessmann, secretario General AGMER Federal. Federal, 6 de abril de 2011».

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